Guía completa para el mantenimiento y limpieza de cerámica
El mal mantenimiento de las superficies cerámicas es una de las principales causas del desgaste prematuro. Ya sea en suelos, paredes o encimeras, la cerámica es duradera y versátil, pero requiere cuidados específicos para mantener su apariencia y funcionalidad. En esta guía, desmentimos mitos comunes y te proporcionamos pautas de limpieza respaldadas por expertos para que tus superficies cerámicas sigan luciendo como nuevas por más tiempo.
1. Mitos comunes sobre la limpieza de cerámica
Mito 1: «Los limpiadores fuertes garantizan un mejor resultado»
Realidad: Los productos con pH muy bajo (como el vinagre puro) o los limpiadores con cloro pueden dañar el esmalte cerámico. Estos productos pueden disolver la capa protectora de la cerámica, lo que reduce su brillo y aumenta su porosidad con el tiempo.
Solución: Usa limpiadores neutros (pH 7-8) o enzimáticos, que son igual de eficaces pero sin efectos dañinos. Para suciedad difícil, utiliza productos especialmente diseñados para cerámica que contienen tensioactivos suaves.
Mito 2: «La cerámica es completamente impermeable»
Realidad: Aunque el cuerpo cerámico tiene una absorción de agua muy baja, las juntas de mortero pueden absorber líquidos como vino tinto o café si no están selladas correctamente. Además, los esmaltes pueden desarrollar pequeñas fisuras debido a cambios de temperatura bruscos.
Solución: Sella las juntas con productos de alta calidad, como los de base epoxy o poliuretano, que ofrecen una excelente resistencia al agua. Evita la exposición de la cerámica a temperaturas extremas.

Cerámica esmaltada: Utiliza limpiadores con pH neutro para evitar residuos. También puedes usar soluciones que contengan tensioactivos suaves para no dejar marcas. Superficies texturizadas: Para mantener la textura, utiliza cepillos de cerdas suaves o mezclas suaves de agua y bicarbonato. Esto ayudará a limpiar sin dañar el relieve de la cerámica.
Qué Evitar
Lejía pura: El uso de lejía puede dañar el esmalte, especialmente en cerámica mate, haciendo que pierda su color y apariencia original.
Estropajos metálicos: Los estropajos duros pueden rayar las superficies cerámicas, incluso las más resistentes, lo que afecta su acabado y durabilidad.
3. Protocolo de Limpieza Profunda
Pre-limpieza
Aspiración: Usa una aspiradora con filtro HEPA para eliminar partículas grandes, evitando rayones al limpiar.
Barre cuidadosamente: Barre siempre en la dirección de las juntas para evitar que las partículas duras rayen la superficie.
Lavado seguro
Agua tibia y jabón neutro: Usa agua tibia (30-40°C) y jabón neutro para lavar. Aplica con un trapo de microfibra en movimientos circulares para una limpieza más efectiva.
Secado profesional
Evitar la acumulación de agua: Seca rápidamente las superficies después de la limpieza para evitar manchas de agua, especialmente en cerámica oscura.
4. Soluciones para Problemas Específicos
Manchas de cal/sarro
Solución: Para manchas de cal, usa un limpiador específico o ácido suave como el ácido fosfórico al 3%. Recuerda enjuagar bien después de aplicar el producto.
Rayones superficiales
Solución: Si la cerámica tiene rayones superficiales, utiliza un pulidor suave como el óxido de cerio para eliminarlos sin dañar la superficie.
Humedad en juntas
Solución: Si las juntas presentan humedad o moho, usa productos biocidas para limpiar y prevenir problemas futuros. Evita el uso de lejía, que puede debilitar las juntas.
Conclusión
El mantenimiento adecuado de la cerámica no solo mejora su durabilidad, sino que también preserva su estética a lo largo del tiempo. Siguiendo estos consejos y utilizando los productos adecuados, podrás mantener tus superficies cerámicas en óptimas condiciones. Recuerda que la limpieza efectiva no es la más agresiva, sino la que respeta las características del material y prolonga su vida útil.